Falta de cabello en los niños pequeños

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Aunque no sea para alarmarse, suele ocurrir que la cabeza del bebé, o de un niño pequeño, presente zonas de calvicie, áreas donde el pelo se encuentre en muy poca cantidad o, que incluso, haya desapercido por completo.

Si se trata de un recién nacido, o de un bebé de pocos meses, puede deberse, simplemente, a que aún no termina de salirle el cabello, por lo que sólo se debe esperar un poco de tiempo. El crecimiento del pelo no necesariamente es parejo en toda la cabeza.

Pero, si el problema aparece después de los primeros meses, y se ve que el niño tiene zonas de cabello ralo, o comienza a perder cabello, puede tratarse de una alopecia ereata.

La alopecia ereata, puede deberse a la presencia de un hongo. Si se trata de este problema, no se trata de una enfermedad importante. Sucede en climas muy húmedos, debido a que los niños pequeños suelen transpirar bastante. Pero, este tipod de alopecia, se soluciona sola. Con seguir los rituales de aseo, con los productos indicados, es suficiente. No es necesario seguir ningun tratamiento especial.

Existe otra causa de este problema de calvicie en los bebés o niños, y esta es un poco más complicada de corregir. El motivo de esta pérdida inesperada de cabello, puede no tener que ver para nada con problemas físicos, sino más bien a costumbres adquiridas del niño. Existen bebés que adquieren la costumbre de arrancarse el pelo, o torcer algun mechón hasta arrancárselo, y se va notando poco a poco las consecuencias.

Esta costumbre la pueden adquirir desde muy pequeños, y conservarla incluso hasta más alla de los 5 años. En muchos casos este hábito, no tan extraño como parece, se acompaña con la manía de chuparse los dedos. Estos hábitos son sólo eso, hábitos, por lo que no significa que el niño tenga problemas psicológicos. Pero, si llegará a encontrarse en situaciones de estrés, o a sentirse desprotegido, esta conducta puede agudizarse.

La forma de ayudar a estos niños, es dedicándoles más tiempo y aumentando su autoestima. También es bueno tratar de que tengan las manos ocupadas, aconsejarles que se sienten sobre ellas, o pedirles que sostengan un lápiz o cualquier objeto, cada vez que tengan el impulso de torcerse el cabello.

Como cualquier costumbre indeseable, esta también desaparecerá con el tiempo, y el cabello volverá a salir.