La lactancia materna

Dar el pecho es una experiencia maravillosa para la madre y beneficiosa para el bebé, una etapa llena de experiencias positivas que marca buena parte de los primeros meses del recién nacido y prolongarse, incluso, hasta el primer año. Te ayudamos a descubrir las bondades de la lactancia materna para ti y tu bebé.

lactancia materna

La leche materna es el alimento más completo que se le puede ofrecer al bebé; algo que todos sabemos no sólo por cultura general y por la transmisión hereditaria, sino también avalado por la propia Organización Mundial de la Salud. El vínculo, además, que se establece entre madre e hijo durante este período determinará gran parte del desarrollo emocional y las capacidades empáticas del niño.

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Existen muchos mitos negativos asociados a la lactancia, pero prácticamente todos ellos son fruto del desconocimiento o de la comodidad que puede suponer nuestra vida moderna, en la que los sustitutivos para la leche materna están a la orden del día. No obstante, por muy elaborados que éstos sean, no alcanzarán ni por asomo el grado de beneficio que tiene la leche segregada por la madre. Muchas enfermedades que pueden atacar de forma común a los niños de corta edad, como pueden ser el asma, la neumonía, la diarrea o las infecciones de oído se ven prevenidas a causa de los múltiples nutrientes que contiene aquella.

Incluso la propia madre puede notar los beneficios de amamantar a su hijo en su propio cuerpo. Ayuda a quemar grasas, por lo que se reducirán esos kilos de más adquiridos durante el embarazo con más facilidad. Asimismo, el poderoso vínculo que se forja con el pequeño, que antes hemos citado, también evitará que se produzca la temida depresión post-parto.

beneficios de la lactancia materna¿Cuándo es conveniente empezar y terminar de dar el pecho al bebé?

Evidentemente, el inicio se encuentra en el mismo momento de su llegada al mundo. Los pediatras y expertos en nutrición infantil coinciden en que a partir de los seis meses es importante que empiecen a consumir alimentos sólidos y líquidos de otro tipo (siempre adaptados a la evolución de su sistema digestivo y su capacidad para masticar), siempre combinados con la leche materna. Esta combinación puede mantenerse sin problema, si se desea, hasta los dos años de edad.