En los últimos años la cantidad de embarazos adolescentes en todo el mundo ha aumentado considerablemente, llegando a alcanzar una cifra preocupante.
La adolescencia es un período de cambios físicos y emocionales, pero no es la mejor etapa de la vida para afrontar el compromiso y la responsabilidad de ser padres. Según estudios recientes, en el mundo mueren anualmente un millón de mujeres adolescentes como consecuencia de problemas en el embarazo.
Una adolescente embarazada tiene mayores probabilidades de sufrir infecciones en el aparato genital femenino y hemorragias debido a que su cuerpo no está todavía preparado para procrear. Por otra parte, el embarazo adolescente también provoca problemas sociales. La mujer no quiere ir a la escuela porque le avergüenza mostrar la panza, mientras que el hombre debe abandonar sus estudios para salir a trabajar y así poder mantener económicamente al bebé.
Ambos integrantes de la pareja abandonan el sistema educativo y, por lo tanto, no concluyen sus estudios. Este hecho les dificultará enormemente la inserción en el campo laboral y, además, los condenará a realizar trabajos muy poco remunerados.
Es interesante preguntarse por qué se producen los embarazos en los adolescentes. Según encuestas recientemente publicadas, la mayor parte de ellos conoce cuáles son los métodos anticonceptivos; no obstante, más del 50 % no los utilizan, y no los utilizan porque no planeaban tener una relación sexual. Simplemente aprovecharon un momento propicio guiados por sus revolucionadas hormonas.
En las escuelas suele darse educación sexual, pero en muchos casos no se trata este tema de forma adecuada. Por este motivo, son los padres quienes deben desempeñar un rol fundamental en la prevención de embarazos en los adolescentes. Los padres deben fomentar una buena comunicación con sus hijos para inculcarles la necesidad de tener una vida sexual responsable y aconsejarlos para que retrasen, dentro de lo posible, su inicio sexual hasta que tengan la madurez necesaria para comprender lo que este acto implica, y las consecuencias que puede generar a futuro.
Estar cerca de nuestros hijos, aconsejarlos y acompañarlos en esta etapa de su vida, es la mejor forma de prevenir un embarazo adolescente.