Esta técnica permite mirar directamente al feto en el interior del abdomen materno con un aparato llamado fotocopio, que es una especie de telescopio de circunferencia muy pequeña.
Este se inserta, al igual que una aguja (con anestesia local) a través del abdomen, en el útero materno.
Se pueden tomar fotografías del feto. Al mirarlas externamente, es posible verificar alguna anormalidad. También se pueden tomar muestras de la sangre fetal para detectar alguna alteración sanguínea. No obstante, estos casos son muy raros.