Amniocentesis: examen para mujeres embarazadas

Durante el embarazo hay varias pruebas necesarias para controlar el desarrollo del bebé. Una de estas pruebas es la amniocentesis Este examen prenatal tiene la función de detectar defectos congénitos como el síndrome de Down. La amniocentesis está indicada sólo en algunas situaciones y por lo tanto no es necesaria en todos los embarazos.

Échale un vistazo para saber cuándo se debe realizar una amniocentesis, en qué casos está indicado y cuándo es que no debe ser tomada por embarazadas.

¿Cuándo se debe realizar la amniocentesis?

La amniocentesis usualmente se realiza después de los exámenes de primer trimestre, como la translucencia nucal.

Este examen se realiza entre el 11 y la 14 semana, durante la cual es posible detectar algún tipo de anomalía cromosómica. Por lo tanto, la amniocentesis se realiza entre las semanas 15 y 18.

¿Cuándo la amniocentesis está indicada?

La amniocentesis no es un examen que todas las mujeres embarazadas tienen que ver, porque puede implicar algún riesgo para el bebé. Por lo tanto, la amniocentesis sólo está indicada en los siguientes casos:

-Cuando la madre tiene 35 o más años, ya que de esta edad el riesgo de aparición de malformaciones genéticas es mayor;

-Cuando es necesario evaluar si hay anemia en recién nacidos con la sensibilización Rh (situación donde el organismo materno produce anticuerpos que actúan contra la sangre del feto).

-Cuando en un embarazo anterior hubo un caso de síndrome de Down, que hace que el actual embarazo sea considerado de riesgo;

-Cuando la prueba de la translucencia nucal da un resultado positivo o la sospecha de que existe el síndrome de Down;

-Cuando se produce una disminución de líquido amniótico;

-En situaciones donde hay una necesidad de un parto prematuro, deben realizarse una amniocentesis para evaluar y verificar si los pulmones del bebé están completamente desarrollados.

 

Situaciones donde está contraindicada la amniocentesis

Hay algunos casos donde está contraindicada la amniocentesis, puesto que el riesgo es demasiado grande para el bebé. Estas situaciones incluyen:

-Cuando la madre tiene antecedentes de parto prematuro;

-Cuando las mujeres embarazadas tienen problemas placentarios como la placenta previa, parcial o total;

-Cuando el tejido cervical es frágil, y por lo tanto hay un gran riesgo de aborto o parto prematuro.