El privilegio de concebir. Las técnicas más utilizadas de reproducción asistida

 

Hoy en día, la infertilidad, es una de las incidencias médico-sociales que más retos presentan para la comunidad científica y para las personas que aspiran al privilegio de ser padres. ¿Qué factores determinan que una mujer pueda concebir o no? Problemas de alimentación, escasa calidad del esperma o de los óvulos, contaminación ambiental, estrés, cambios en el estilo de vida, problemas de salud…

Dimensiones que a menudo reflejan el cambio de nuestra sociedad, donde inevitablemente nos vemos obligados a recurrir a la ciencia, cuando la naturaleza nos ha privado de uno de sus mejores regalos y oportunidades.

Cabe señalar, en primer lugar, la diferencia entre los términos “infertilidad” y “esterilidad”. Mientras el primero implica la dificultad para concebir, el segundo nos lleva a una realidad donde la concepción ya no es posible. Así pues, el modo de abordar estos problemas de reproducción van a depender de la realidad de cada pareja, o de las mujeres que deseen afrontar la maternidad en solitario, técnicas todas ellas que día a día se van perfeccionando –y abaratando- con un alto porcentaje de éxito.

Las técnicas más utilizadas hoy en día son las siguientes:

Inseminación artificial: con semen del cónyuge o de un donante.

Fecundación in vitro: donde se extrae el óvulo de la mujer para fertilizarlo en un laboratorio.

Microinyección espermática: Una vez obtenido el óvulo de la mujer, se inyecta el espermatozoide en dicho óvulo previamente seleccionado.

Cabe señalar que es un proceso duro, tanto física como psíquicamente. La ansiedad puede mermar el éxito de las intervenciones, de ahí que entre el 15 y el 45 por ciento de las parejas acaben abandonando el tratamiento. Pero aunque “reproducción asistida” no sea siempre sinónimo de embarazo, la perseverancia y el optimismo son factores clave en el milagro de ser padres frente a cualquier pronóstico.