La esterilidad e infertilidad son dos enfermedades distintas que concluyen en el mismo problema: la incapacidad de las parejas para llevar a término un embarazo. Se considera la existencia de alguno de estos inconvenientes tras intentar, sin la utilización de ningún método anticonceptivo y por periodo mínimo de un año, la concepción de un embarazo y fracasar. Se estima que cerca del 15 por ciento de los matrimonios presentan algún problema de infertilidad, pero ¿a qué se debe? , ¿por qué sucede esto? Veamos:
Una de las principales razones del aumento de la taza de infertilidad se debe a la postergación de la reproducción. Actualmente las parejas posponen el matrimonio y los hijos unos diez años más que respecto a generaciones anteriores. Esta situación es muy común en la clase media que precisa primero asegurarse cierta estabilidad financiera y profesional. Existen, además, otras causas, como el aumento de los índices de sobrepeso y los diversos problemas que pueden ocasionarse a raíz de la infertilidad femenina o bien la infertilidad masculina.
Los diferentes problemas ocasionados por el hecho de no poder concebir, deben de tratarse, en primera instancia, con tratamientos médicos. Si después de sortearlos éstos finalmente no resultan exitosos, se puede recurrir a los diferentes métodos de reproducción con favores asistenciales, tales como la inseminación artificial, la inducción a la ovulación, la fecundación in vitro, la tuboplastia, entre otros. Como consecuencia de los avances científicos, contamos con cada vez más opciones en este campo, por lo que la elección de uno u otro deberá responder a problemas específicos que presenta la pareja y los requisitos necesarios para cada intervención. De manera particular, la inseminación artificial es un método de reproducción asistida que se ha hecho muy popular en las últimas décadas, debido a que es bastante seguro, ausente de dolor, no requiere reposo previo y garantiza el éxito en la mayoría de los casos.