La Reproducción asistida y la importancia del factor psicológico

 

En la actualidad, miles de parejas en todo el mundo recurren a la reproducción asistida para poder hacer realidad su sueño de ser padres. Se le denomina así porque se trata de un conjunto de técnicas biomédicas que tienen como objetivo lograr la concepción. Recordemos que existen dos tipos fundamentales de reproducción asistida: la Inseminación artificial y la Fecundación in vitro.

Como ya se vio, la primera de las técnicas consiste fundamentalmente en ahorrar el trayecto a los espermatozoides. En una relación sexual normal los espermatozoides quedarían en cuello del útero. En cambio, en una Inseminación artificial lo que se hace es introducirlos en el  interior del útero, lo más cerca posible de las trompas de falopio. Prácticamente es una fecundación natural con la única diferencia de que los espermatozoides quedan más en el interior del cuerpo de la mujer. Está técnica está indicada cuando los espermatozoides no llegan a su destino o en los casos en los que su cantidad o cualidad no son las óptimas.

La Fecundación in vitro es una técnica un poco más complicada que la anterior y se denomina así debido a que la unión del óvulo con el espermatozoide se realiza fuera del cuerpo de la mujer. Aquí,  los óvulos son extraídos del cuerpo de la mujer; luego, en el laboratorio se unen mediante diversas técnicas con los espermatozoides. Posteriormente, cuando los óvulos fecundados se trasforman en embriones se depositan en el útero de la mujer. Si los óvulos o los espermatozoides no tienen las condiciones óptimas puede recurrirse a donantes.

El factor psicológico en los tratamientos de Reproducción asistida

Los problemas para concebir tienen una incidencia directa tanto en el nivel anímico individual como en la relación de pareja. A muchas parejas les cuesta asumir que tienen un problema de fertilidad y que para solucionarlo será necesario recurrir a un especialista. Sin embargo, una vez que se toma la decisión de realizar dicha consulta la pareja se relaja y el estado anímico mejora porque surgen las esperanzas de tener un hijo.

No obstante, cuando se inicia el tratamiento la rutina a la que la pareja estaba acostumbrada se ve afectada generando un alto grado de estrés, lo cual se agrava por la ansiedad que surge ante las  expectativas de finalmente tener un hijo.

La reproducción asistida es una etapa emocionalmente intensa para la pareja, en donde deberán recurrir a toda la paciencia, la tolerancia y el amor para poder atravesarla y alcanzar el anhelo de convertirse en padres.